Túnez, un pais de sol y ensueño

Con una dormidita de hora y media uno cruza el charquito y se planta en un país de cultura y religión distinta.

Si a primera vista parece que hay más cosas que nos separan de las que nos unen, al rato, uno acaba observando que los romanos, los fenicios, vándalos y árabes se pasearon por todo el mediterráneo y dejaron su legado de una manera más o menos homogénea.

Luego están las marcas de identidad que acaban delimitando los países con las palpables fronteras de la lengua y de la religión.

No obstante, Túnez es un país musulmán abierto con vistas a Europa y al mundo occidental. Alegra ver el escaso numero de mujeres cubiertas y sorprende también observar su particular estilo de ir a la ultima moda.

Esto no es África. O al menos pocos pensarían que se encuentran en ella si los colocaran en medio de la avenida Bourguiba en un día cualquiera y por arte de magia...

Tierra hospitalaria, llena de coloridos y de contrastes, olores de especias y perfumes, donde se puede disfrutar de una belleza natural, ciudades antiguas, fiestas vivas, y la amabilidad de su gente, una de las tradiciones más arraigadas en sus costumbres, desde los tiempos más remotos. A ello añadimos una infraestructura impresionante de hoteles de categorías 2 a 5 estrellas, restaurantes, aeropuertos internacionales, oficinas de turismo y centros de información, desarrollados, todos ellos, con el único fin de hacer su estancia, lo más cómoda posible a los que nos visitan.

En esta tierra familiar y a su vez exótica, uno puede admirar la puesta del sol y el ocaso entre las arenas del desierto, saborear su gastronomía en los restaurantes y terrazas de sus estaciones balnearias o disfrutar nadando en la piscina de uno de los hoteles confortables y modernos de sus costas. ¿Quizás te gustan los paseos a lo largo de muchos kilómetros de playa ¿o prefiere las sesiones de surf y las brisas refrescantes del mediterráneo? ¿A lo mejor, decides descubrir sitios antiguos y ciudades legendarias, practicar su deporte favorito, en uno de los muchos campos de golf, situados a lo largo y ancho de todo el país, o simplemente pasar un día relajado, tumbado en una playa de arena dorada. Muy cercano ... a muy buen precio; clima agradable con amplias y tranquilas playas, excepcional hostelería con zonas de playa casi privadas, ideal para compras, !el regateo es obligatorio!, multitud de restos arqueológicos: Cartago, Djem,Dougga,... cultura y exotismo árabe: religión, mezquitas, bazares, ... Y todo el embrujo del desierto de dunas y Oasis de montaña. Hammamet es la zona de playa por excelencia de Túnez, cuenta con una pequeña medina fortificada, divertida para las compras, los bares y restaurantes al borde del mar en la zona de la medina son el complemente ideal, la hostelería es moderna y se alinea en la extensa playa de arena dorada: en general son bajos, con grandes extensiones de terreno, cuentan con amplios espacios comunes y zonas de piscina, casi todos en primera línea de playa, con una buena relación calidad/precio y exotismo árabe, comodidad hotelera, ...

Dos zonas totalmente diferentes son Sousse y Port el Kantaoui, la primera es la capital, tiene el zoco más grande y animado, su mezquita, medersas, ... tiene ambiente de ciudad, tunecino, hay dos zonas hoteleras muy cercanas y bien comunicada: los hoteles de la propia ciudad: más cerca del ambiente, peor playa y un poco más antiguos y los hoteles de la zona turística, típica hosteleria tunecina, mejor playa y más tranquilos. Y Port el Kantaoui, un animado puerto deportivo, la hostelería se encuentra en la zona de playa alrededor del puertecito, los bares, restaurantes del puerto son el complemento ideal para un día de playa y sus casitas blancas, su ambiente árabe, le dan un toque agradable y exótico. Monastir es una de esas zonas turísticas ideales para descansar, los hoteles son los mejores, los más modernos y en general excepcional. Las playas están entre las mejores y su medina, es muy pequeña, muy coqueta, preciosa, ... y eso sí, máxima tranquilidad: paz, relax, descanso, ... Y finalmente Gammarth, es la zona costera situada al norte de Túnez, conocida por su tranquilidad y sus extensas playas. Se encuentra muy próxima a la zona histórica de Carthago y Sidi Bou Said y a unos 20 kilómetros de la capital.

A Túnez, al igual que a los países de la región occidental del norte de África se les denomina Estados del Magreb y que en árabe significa Oeste, con el que se designa a las tierras más occidentales del mundo árabe.

Túnez en cuanto a tamaño es el más pequeño de ellos y se encuentra situado en el extremo oriental del Atlas y en la ribera del Mar Mediterráneo. Sus fronteras están limitadas al noreste con Argelia y al sur y sudeste con Libia, por el norte y el noroeste con el mar Mediterráneo.

Túnez tiene una extensión de 164.150 kilómetros cuadrados de superficie con una anchura media de 240 kilómetros cuadrados, lo que supone algo menos de un tercio de la superficie total de España y cuenta con un litoral de unos 1.300 kilómetros recortado por los golfos de Túnez, Hammamet y Gabes.

Existen tres zonas claramente distinguidas: la zona de los Tell, que está formada por las cadenas montañosas de este nombre, el Tell marítimo y el Alto Tell, donde predomina el relieve montañoso, que se prolonga hacia la costa y donde se intercalan valles. Esta zona, debido a las lluvias que aquí se producen, permite a sus habitantes recoger una cosecha regular a lo largo de todo el año. La segunda región es la de las Estepas Centrales Altas y las Bajas, con un relieve más bajo que la anterior y levemente accidentada por las estribaciones del norte y por las cuencas como la del Chott el Djerid; Para finalmente llegar a la Región del Sur, constituida por la prolongación hacia el norte del desierto del Sahara.

Las cadenas montañosas que discurren en dirección nororiental pertenecen al sistema del Atlas, de reciente plegamiento y, que desde Marruecos y a través de Argelia, continúa por Túnez donde pierde altura de manera manifiesta. Sus estribaciones llegan hasta el Cabo Bon y al Hinterland del Golfo de Gabes. En poniente se eleva la montaña más alta del país, el Djebel Chambi con 1.554 metros

Las cordilleras del Atlas se entremezclan con extensas mesetas esteparias que continúan hacia el interior del país en una estepa llana, donde aisladamente surgen algunos macizos montañosos como los de Djebel Orbata, con una altura de 1.165 metros, el Djebel Sidi con 1.029 m. o el Djebel Nara con 722 m.

La costa septentrional se caracteriza claramente por los dos tipos de paisaje que en ella se pueden admirar: En la parte occidental, la serranía que está cubierta de bosques, mientras que hacia el este, comunicándose con la región de las colinas de Mogod, se despliega una zona más bien árida y con extensos maquís.

La costa oriental pertenece a la región de las estepas, pero el pueblo tunecino ha conseguido transformarla en fértiles campos. Hacia el interior la región se extiende desde Zaguán hasta el oasis de palmeras datileras de Zarzis, al frente de la Isla de Djerba. A diferencia del Sahel septentrional alrededor de Susa, la porción meridional que circunda Sfax, presenta un clima mucho más seco sometido ya a la influencia del Sahara.

En dirección este-oeste y desde el Golfo de Gabes hasta la frontera argelina se extiende la enorme región de los Chott, los llamados lagos salados secos. El mayor de ellos es el Chott El Djerid, con una extensión de unos 5.000 kilómetros cuadrados seguido de sus subsidiarios Fejej y de Gharsa, en el oeste. Como los chott son alimentados por los uadis (palabra de origen árabe que significa lo mismo río que torrente seco), que llevan poco caudal de agua y nunca se llenan por completo, la intensa insolación estival provoca la evaporación del líquido, por lo que la superficie de estos lagos se cubre de gruesas cortezas de sal de 3 a 5 cm. de espesor, por los que es posible dar un alucinante paseo.

La única red hidrográfica importante del país se encuentra en la zona norte y está formada por el Medjerda y los afluentes Miégéle, Tessa y Siliana. Asimismo destacan, el Golfo de Túnez, "al-Túnisi", la península del cabo At-Tib, en el norte, los Golfos de Hammamet, "Al-Hammámát" y Gabes, "Al-Qábis", en el este y el Golfo de Gabes, cerrado en el extremo sur por la isla de Djerba, "Garbah".


Opinión… “lo que no nos gustó de Túnez”
Que nadie se sienta ofendido al leer esto. Cuando digo "lo que no nos gustó" no quiero decir que no nos gustara el país o sus habitantes. Todos las criticas que hago no son un rasgo peculiar de Túnez, sino del turismo de masas. Gran parte de lo que podéis leer a continuación ha ocurrido (y ocurre) en España y en otros países. Mi opinión es probablemente fruto de la ignorancia, pues conocí poquísimo del país gracias a la mala gestión de Travelplan . Desgraciadamente, haber tenido mala suerte deja mal recuerdo.

Nos habían dicho que Túnez era un país muy desarrollado turísticamente, que era el más europeizado de todos los del norte de África y que no veríamos el exotismo de otros países de su entorno. La verdad es que Túnez es más interesante en las zonas no turísticas. El desarrollo turístico recuerda al de la España de los años 60. Todos los vicios de aquella época parecen resucitar aquí: el ligón de playa, el estereotipo del "guiri" entupido, rico y fácilmente estafable, el desarrollo urbanístico desaforado. En cierta forma, uno siente vergüenza propia, pues estar en Túnez es ponerse en el pellejo de aquellos turistas que venían a España en los gloriosos años del desarrollismo.


Me dijo un tunecino en broma, que después del fútbol, el deporte nacional es timar a los turistas. Mala política, porque el viajero traga, no le queda otro remedio, pero toma buena nota del trato que recibe. Si la comida está incluida en el paquete turístico, el establecimiento se las arregla para cobrársela otra vez íntegra mediante el pago de la bebida (no incluida). El agua se cobra a precio de plata, la cerveza al de oro y el vino al de platino. Toda la preocupación del servicio de los restaurantes, chef y camareros es celebrar el rito de la distribución y cobro de la bebida de los pobres turistas. Se establecen sistemas complejísimos de distribución de los preciados líquidos: unos toman nota del pedido, otros custodian el depósito de bebidas, otros las sacan al comedor, otros las distribuyen por las mesas, otros la cobran y todos parecen vigilarse mutuamente. El resultado es desolador, en muchas ocasiones te sirven las bebidas a los postres y encima se mosquean si les dices que se las pueden llevar, que ya no las quieres. Insisten en cobrar la bebida cuando te la llevan en el momento que te estás levantando de la mesa.

Pienso que muchos consideran legítimo y encomiable perseguir al turista hasta robarle hasta el último euro. A la hora de cobrar, o preguntar un precio, te miran de arriba abajo evaluando cuanto te pueden sacar, ponderan tu aspecto, nacionalidad, vestimenta y cara de estúpido y te piden el dinero. Si pagas sin rechistar, siempre piensan que te podían haber sacado más e incluso se permiten rectificar al alza. Es lo mismo que practicamos los españoles con los "guiris", pero sufrido en las propias carnes.

Las profesiones menos próximas a ésta mina de oro no renuncian a su parte. En el trayecto por el desierto en 4x4 para visitar los oasis del desierto, surgieron dos policías de una garita en medio de la nada y comenzaron a pedir papeles. Hasta que nuestros guías no les dieron su "mordida" envuelta en una servilleta de papel (dinero por supuesto) más galletas y dos botellas de agua mineral, no nos dejaron proseguir nuestra marcha. El último día, en el aeropuerto, pasando el último control aduanero de la policía, los funcionarios, que deseaban que nos lleváramos un grato recuerdo de su país, después de cerciorarse que no había ningún testigo próximo, nos pidieron dinero. Eso con nuestros pasaportes sus manos y en un claro intento de extorsión. Como no tragamos, se cabrearon, pero al final nos dejaron pasar gesticulando despectivamente. ¡Nos dijeron que todos los españoles eran ricos!.


Otra de las costumbres nacionales es el cobro por los "derechos de fotografía". En todas las visitas a museos y lugares arqueológicos hay que pagar entrada, pero si quieres fotografiar o filmar, entonces hay que abonar un segundo ticket. Es un abuso más, pues saben que mucha gente quiere llevarse un recuerdo de los lugares que visita. Es triste, pero la gran mayoría de los locales que se te acercan en zonas turísticas para entablar conversación, para enseñarte algo, para hacerte un favor, o para que les hagas una fotografía acaban poniendo la mano.Borj er-Russ o "Torre del los craneos" en Houmt-Souk (Djerba). Monumento con cráneos de los españoles muertos por Dragut en el asedio al fuerte Borj er-Kebir en 1560. Era una pirámide que medía 34 pies de diametro en su base. Fue derruido en 1848.

En las zonas arqueológicas como Tuburbo Majus y Dougga , al igual que ocurre en las ruinas de Egipto y Turquía, se encuentran individuos que venden falsas antigüedades a precio de oro. Generalmente ofrecen reproducciones de monedas romanas a turistas rezagados. Por supuesto te las venden como auténticas, a escondidas, y te cuentan que son fruto de excavaciones ilegales. Si estafan a gente que cree comprar monedas fruto de un expolio, lo tiene bien merecido.

En cuanto a los guías, cada uno cuenta la feria según le ha ido. En otros países nos ha ido bien, en éste mal. Todos los que han viajado un poquito por países del norte de África, saben que los guías te llevan a tiendas donde se llevan un tanto por ciento de las ventas que hace el grupo. En este viaje a Túnez, los guías nos llegaban a preguntar uno a uno, que es lo que habíamos comprado y cuanto nos había costado. Teniendo en cuenta que pasamos más tiempo metidos en chiringuitos de mala muerte que en visitas realmente turísticas, imaginaros lo contentos estábamos todos. Sin embargo, mucha gente me ha dicho que gracias al guía y al conductor disfrutaron de un viaje inolvidable.

Hay gente que disfruta con el regateo, par mí no tiene ningún encanto, sólo sirve para perder muchísimo tiempo en comprar cualquier baratija que encontrarás a tu vuelta a España muchísimo más barata y de mejor calidad en un gran almacén. Si cuentas el tiempo que pierdes regateando y viendo precios en las tiendas de los zocos y los mosqueos que pillas, más vale comprar todo en tiendas de precio fijo, que también existen. Mucha gente acaba no comprando apenas, porque le supone una tortura insoportable aguantar la brasa del regateo para encima acabar estafado. Respecto a los recuerdos y la artesanía hay de todo, desde piezas de buena calidad hasta abundantes "souvenirs" tunecinos made in China, hay que fijarse bien.

Es una verdad de Perogrullo, pero las joyas donde mejor se compran es en las joyerías. Lo que venden en los zocos como "plata bereber", no es plata. La pesan con gran ceremonia, pero es una aleación blanda de escaso valor.


Merece un capítulo especial la compra de alfombras. Las hay artesanas de buena calidad y normalitas de fabricación industrial. Si habéis pensado en comprar una, mejor os documentáis sobre precios y calidades antes de comprar allí. Mucha gente que ni se le había pasado por la cabeza comprar una alfombra, vuelve a casa con una porquería pagada a precio de oro. Utilizan técnicas de persuasión diabólicas, tipo a las de la venta de apartamentos en multipropiedad. Pensarlo bien antes de tener que arrepentiros toda la vida.

Tendré que volver por mi cuenta a conocer el país. Me resisto a creer que todo es como en las zonas turísticas, pienso que en los lugares apartados existe todavía la proverbial y desinteresada hospitalidad de los pueblos musulmanes. Buena y mala gente hay en todos los sitios.

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