Monastir

Monastir, una invitación al descubrimiento. En pleno corazón del Mediterráneo, a dos pasos de Europa, se encuentra un rincón de ensueño llamado Monastir, todo un oasis marítimo con inmensas playas de blanca arena, aguas de color turquesa y un cielo azul. Una ciudad tunecina que guarda toda la esencia árabe, pero con una adaptación a los nuevos tiempos y al grueso de turistas que acuden cada año a este oasis de ensueño.

La seducción de Monastir no es poca. Y es que este paraje tunecino es toda una invitación al viaje, al descubrimiento de sus vastas extensiones de playas doradas, de sus panoramas capaces de cortar la respiración, y con un paisaje de fondo de fascinante belleza e infinitos contrastes.

En cualquier época del año, Monastir ofrece sus mejores playas en todo su esplendor; pero también ofrece sus maravillosos paisajes naturales con toda una feria de colores. Así, entre su flora más excepcional, cabe destacar los verdes matizados de los tamarices, de los áloes, olivos y chumberas; los reflejos dorados de las buganvillas, el púrpura de los hibiscus, el azulado de los geranios o las notas blancas de los jazmines. Toda una paleta admirable de colorido.

Monastir viene a ser una ciudad de contrastes, un microcosmos de la propia Túnez, un país que no puede dar la espalda a su esplendoroso pasado, pero a la vez de un modernismo que se unen en una feliz y atractiva simbiosis. Así, centros neurálgicos de Monastir, como el viejo barrio de Chraga, ha sido completamente restaurado y se ha abierto una avenida plagada de terrazas y bares donde se puede degustar el típico té a la menta o los refinamientos de la cocina tunecina. Un barrio que se ha convertido en el corazón latente de Monastir.

Una ciudad de palmeras, tradiciones y mezquitas, pero también de lujosos complejos que se alinean a lo largo de la costa de Dkhila, de Skanes; o de su aeropuerto internacional Aviv Bourguiba, el nuevo puerto deportivo, el palacio de congresos, la excelente red de carreteras, la línea de metro o el importante centro universitario. Una ciudad que combina lo mejor de su pasado, con lo innovador y práctico del presente.

Importancia del pasado De Monastir hay un pasado espléndido, cuya relevancia y peso histórica reluce con la edificación de un Ribat, en el siglo VIII, un monasterio concebido también como retiro místico y como fortificación militar. Pero la edad de oro de Monastir vendría en el siglo XI, cuando Kairouan perdió su rango como capital de los Fatimidas.

Y de más atrás quedan vestigios de las murallas romanas, de cuando Monastir era llamada Rous Penna y que se consolidó como cabeza de puente durante la campaña africana de Julio César.

Además de la belleza del Ribat, también en Monastir residen mezquitas de enrome belleza. Así, la Zaouia de Saïda es una mezquita funeraria enclavado en un Ribat ya desaparecido. De más reciente construcción es la mezquita de Bourguiba, de 1963, con una decoración muy cuidada donde se muestra una hermosa arquitectura y arte tradicional.

Por las calles de la medina se evoca también la nostalgia del antiguo Monastir de las doce puertas. Callejuelas tortuosas, de pasajes abovedados y callejones de agudo color y de olores intensos, todo un murmullo de actividad.

Por doquier están las alfombras, curioso manjar de turistas, así como las joyas y los bailes tradicionales, pero también los son los platos típicos al son de las danzas de beduinas u orientales al ritmo de las orquestas tunecinas

Es una pequeña ciudad costera y uno de los centros turísticos con mayor desarrollo y futuro situado al sur de Sousse (Túnez).

Allí nació, en 190 Habib Bourguiba, que fue nombrado presidente vitalicio en 1975. Entre los lugares de interés están el palacio presidencial y el mausoleo de Bourguiba, preparado ya para su eventual fallecimiento.

Otros atractivos son una fortaleza del siglo VIII en la que se efectúan espectáculos de luz y sonido en verano; un museo islámico; la Gran Mezquita, que data de los siglos IX al XI, y la Mezquita Habib Bourguiba, excelente ejemplo de la moderna arquitectura islámica.
La ciudad ha tenido un dramático desarrollo urbano desde la independencia, y el pequeño puerto es dominado ahora por un conjunto de hoteles y marinas.

Su población es de 39.000 h. Monastir (en árabe المـنسـتي, al-munastîr, proviniente del latín monasterium), es una pequeña ciudad costera tunecina, centro turístico, situada al sur de Sousse (Túnez), a 162 km de la ciudad de Túnez.

Situación: 35°47′ N 10°50′ E.
Recordar que podeis encontrar a esta ciudad a 24 kilómetros de Sousse y en el mismo Golfo de Hammamet, ... ahí está y se localiza Monastir, cuna de Bourguiba, padre de la patria. En la antigüedad fue un importante puerto fenicio llamado "Rus Pena" y hoy es un enclave turístico donde se conjuga el pasado y el presente de forma paradójica.
Destacan entre otros puntos su maravilloso Ribat del siglo VIII, que en la antigüedad sirvió como lugar de enseñanza, formación militar y almacén de guarniciones y en la actualidad, tras varias restauraciones que han variado su aspecto original, aparece con conjunto arquitectónico que mezcla distintos estilos ortorgándole una configuración extraña pero no por ello menos hermosa.
En el patio sobresale la atalaya del vigía, que tras subir sus 87 escalones ofrece unas excelentes vistas de la ciudad y resultan, también interesantes, las celdas de los monjes guerreros situadas alrededor del patio. Y en esta zona se encuentra el Museo en el que se pueden admirar manuscritos cúficos, vasos fatímidas, cerámicas abasidas, monedas del siglo XI, y hermosas miniaturas de gran interés entre las que destaca un astrolabio árabe realizado en el año 927 en la española ciudad de Córdoba.
Muy próximo a esta fortaleza se encuentra el Mausoleo de la Familia Bourguiba, construido en 1963 y ampliado posteriormente, está flanqueado por dos minaretes de 25 metros de altura y con una espectacular cúpula dorada. Es el lugar en el que están enterrados el Presidente y su familia. La Mezquita de Bourguiba, inspirada en la de Hammuda Pachá de Túnez, impresiona por su capacidad para más de mil personas en la Sala de Oración, por sus 39 preciosas puertas labradas y por sus 86 columnas de mármol rosado en las que descansas sus bóvedas.No se puede dejar de visitar la Gran Mezquita, del siglo IX, que sobresale por su austera decoración y el Cementerio en el que destaca la Kubba de Sidi el Mezeri en cuya fachada se pueden contemplar unas impresionantes inscripciones en caracteres cúficos.
Monastir tiene otros atractivos como el Puerto Deportivo, y sus aguas turquesas y sus playas de blanca arena, donde podrán practicar diversos deportes acuáticos.Otros lugares de interés en los alrededores son los Jardines y la Residencia Presidencial de Skanes, para su visita se necesitan un permiso especial, en los que destacan la decoración de cerámicas del palacio; los hermosos Acantilados de El Kahlia; la iglesia bizantina de Lamta y los hermosos chales confeccionados a mano en Ksar Hellal.

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