Dougga

Situada a 100 kilómetros de Túnez, en Dougga, la antigua Thugga, se encuentran las ruinas mejor conservadas del norte de Africa.

Aquí la imaginación no será necesaria ya que un paseo por las construcciones será como un verdadero viaje al pasado.

Las ruinas están emplazadas en una colina de olivares y la visita comienza con el Teatro del siglo II a.C. con una fachada de bellas columnas corintias y un escenario revestido de mosaicos aunque de pequeño tamaño pues solo tenía aforo para 3.500 personas.

También del siglo II es la Plaza de la Rosa de Los Vientos, construcción rectangular que se cierra en un hemiciclo con un piso en el que se puede contemplar una gran rosa con los 12 vientos grabada un siglo más tarde.Al norte se levanta el Templo de Mercurio, con 10 columnas, tres salas y las bases de lo que fuera el Templo de la Fortuna.


Desde ahí se puede contemplar el majestuoso Capitolio muy bien conservado y dedicado a Júpiter, Juno y Minerva.
Se accede a él a través de un bello pórtico y después de subir una escalinata de impresionante tamaño, se llega a los pies de la impresionante construcción.

Seis columnas sostienen el friso y la sala cuadrada que alojaba las estatuas de las divinidades de enormes proporciones, aproximadamente unos 6 metros según se ha podido saber por los restos de una cabeza de Júpiter encontrada en este enclave.

Alrededor de él se encuentran algunas construcciones bizantinas, y muy próximo, el Forum, de pequeño tamaño, reconstruido totalmente por los bizantinos.
Desde aquí puede verse el Arco de Alejandro Severo, del siglo III, y, también del siglo III, el Templo de Juno Celeste con podio y columnas restauradas.




Destacan también las Cisternas de Ain el Hammam, con cinco depósitos de más de 30 metros de largo y más de tres metros de ancho, la Casa de Dioniso y Ulises, con un patio rodeado por una galería, los Dólmenes cercanos a los restos del Templo de Minerva, el Circo del siglo III, el Templo de la Victoria con hermosas columnas, la Casa de la Caza con bellos mosaicos, el Templo de Tellus, del siglo III, la Casa del Trifulium antiguo lupanar de la villa cuyo camino está indicado por un gran falo y como curiosidad golpear la vulva pétrea con la que los clientes llamaban a la puerta.
También resultan muy curiosas las letrinas de las Termas de los Cíclopes dispuestas en círculo, las Termas Licinianas conservan el caldarium, el frigidarium y un gimnasio y cuentan con la peculiaridad de estar construidas, en el siglo III, a seis metros bajo la calzada, la Casa de Eros con un bello mosaico del siglo IV, el Templo de Saturno construido en el año 195 con unas curiosas bóvedas subterráneas y el Mausoleo Líbico-Púnico, único en su estilo, con una altura de 21 mt en cuya máxima altura se puede contemplar una pirámide con la estatua de un león y mujeres aladas.



Son también de interés en los alrededores el Acueducto de Ain el Hammam y el Henchir Guettussi con atractivos restos de cisternas y columnas.

Aunque en un principio parezca una pesadilla coger un autocar en dirección a Le Kef, al oeste del país, y parar a medio camino para ver las ruinas romanas de Dougga, alejada a unos cuantos kilómetros de la carretera principal, y seguidamente volver a subir a un autocar para llegar sanos y salvos a Le Kef, verdaderamente es posible y todo parece circular a la buena suerte del viajero. (En el caso de que tengais la oportunidad, hacerlo también vosotros... vale la pena).

Dougga, es una antigua ciudad muy importante durante el imperio romano, aliada de la capital para controlar la emergente fuerza y poder de Cartago. De esta manera se consiguió labrar un presente formidable y hoy en día se puede visitar lo que fue en un estado mucho más que aceptable.

En un altiplano en medio de la nada, con vistas espectaculares a los interminables campos de tierra labrada, se levantan las ruinas de Dougga.


Con su amfiteatro en un estado casi impecable, sus templos y baños y media docena de turistas que no saben muy bien cómo han ido a parar ahí.

Dougga se halla a unos 100 km de Túnez, en hora y media en autocar uno para al mismo pueblo y pregunta a cualquiera si lo puede llevar a las ruinas que estan a unos 3 km.



Aquí la gente no viene a atosigarte. Si no preguntas ya puedes andar kilómetros que nadie se molestara en perseguirte para ganarse un par de euros. Esto no es Asia. La gente parece más tranquila y satisfecha/resignada a lo que tiene.


Si no te gusta la historia, en hora y media se puede visitar el lugar, saltar por las piedras, meterte entre túneles todavía intactos y contemplar más arquitectura romana en 50 hectáreas y buen estado que en pocos lugares europeos.

De vuelta a la carretera, se charla con los que pasan por ahí, se espera a que algun autocar o louage pare y en cuanto lo hace, puedes seguir camino hacía el siguiente destino.... Que descanseis...


... pero si realmente a tí te encanta la historia... entonces puedes pasar horas y horas saboreando el perfume de cada piedra que te contará mil y una historias. ...


...para vosotros si que es recomendable Gougga ... !que disfruteis!

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