En el pueblo destacan el Café des Nattes sobre unas escaleras, donde se reúne la gente a conversar y aquí podrás encontrar a quien estés buscando, siendo una buena pista para quedar con alguien.
También es espectacular la Mezquita, con un minarete típico que encumbra las nubes... y una Zauia que se añadieron posteriormente, le dan un asombroso aspecto.
Marabut de Abu Said, coronado por cúpulas y un gracioso minarete, es uno de los símbolos de este pueblo y el Museo con interesantes exposiciones temporales de pintura y artesanía destaca por tanto en este edificio...
También hay que recomendar ver el Cementerio repleto de tumbas con personajes famosos tunecinos, y por último hay que pisar y pasear por el Faro, construido sobre un antiguo ribat.
Los hombres de este pueblo suelen llevar una flor de jazmín sobre la oreja para percibir el embriagador aroma de esta flor mientras se camina por las callejuelas de la ciudad.
Las rejas, el azul y el blanco se adornan y perfuman con este embriagador olor a jazmín que rellena el alma de estas gentes.
Las vistas sobre el Golfo de Túnez son realmente fantásticas y debeis esperar a que el sol se acueste para sacar unas fotografías increíbles.
Es por tanto este rincón, un auténtico reducto para artistas y para todo aquel que esté dispuesto a dejarse embriagar por la magia de la luz, del paisaje, de las gentes tranquilas y ducharse el alma a diario con la brisa del nuestro mar mediterráneo.
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