Túnez capital


La capital, Túnez, que recibe el mismo nombre que el país, es una villa donde se conjuga armoniosamente el pasado con el presente y lo moderno con lo antiguo. Se encuentra situada al fondo del golfo del mismo nombre, Lago de Túnez, y cuenta con una población de más de un millón de habitantes. Es la capital diplomática, política, cultural, comercial y administrativa del país. Fundada hace más de 2.000 años a.C. por navegantes cretenses, fue destruida, al igual que Cartago, en el 146 a.C., sin embargo el comercio romano y bizantino la hizo florecer de nuevo y en 1160 alcanzó la capitalidad del país bajo el gobierno del almohade Abdel Mumen Ibn Ali.


Como en la mayoría de las principales poblaciones, los lugares de interés se concentran en La Medina, palabra con la que se define a una ciudad árabe. Sin embargo, la ciudad moderna de Túnez, que tiene su eje en la Avenida Bourguiba, es un buen lugar para iniciar el recorrido y descubrir con una mirada retrospectiva, del presente hacia el pasado, la ciudad. En la avenida, arbolada de ficus, se concentran los principales edificios y la mayoría de las butiques, restaurantes, cafeterías, comercios, embajadas, bancos y hoteles. El estilo arquitectónico recuerda a la Francia del siglo pasado y en esta zona destacan la Catedral Católica de Saint Vicent de Paul del año 1882 de estilo neobizanto y la Torre de África, desde donde se obtienen excelentes panorámicas de la ciudad.




Es la zona más antigua e interesante de la ciudad y data de la época de los hafsíes del siglo VIII. En 1950 fue necesario derribar parte de la muralla ya que el crecimiento de la moderna Túnez así lo impuso. A pesar de ello continua siendo uno de los lugares más atractivos de la ciudad.
Paseando por la Avenida 7 de Noviembre y después de la Plaza de la Victoria, se llega a la Puerta de Francia, una de las antiguas puertas de la muralla de La Medina. Al cruzarla se accede a la ciudad árabe, se deja el presente y se abren las intrincadas y estrechas calles para descubrir toda la riqueza de La Medina de Túnez, una de las mejor conservadas del país.


Avanzando por la calle de Jama ez Zitun se llega a la Biblioteca Nacional, ubicada en un antiguo acuartelamiento turco de 1813 y construida por Bey Hammuda. Más adelante aparece con todo su esplendor la Gran Mezquita (Ziyuona), conocida también como la Mezquita de la Aceituna. Construida en el año 732 por los omeyas, casi con el nacimiento de la ciudad, fue reconstruida enteramente por los alghlabíes en el 864.


Consta de 15 impresionantes naves, 184 columnas procedentes, en su mayoría, de las ruinas arqueológicas de Cartago ofreciendo un curioso contraste, una espléndida cúpula que precede al mihrab, el lugar que indica en que dirección se encuentra la Meca y hacia el que tienen que reclinarse durante la oración y un minarete de 44 metros de altura levantando por Negro en 1894. En su decoración se conjugan los diseños árabes y las columnas y capiteles corintios lo que produce ambiente de recogimiento. La Sala de Oración está cerrada a los visitantes, sin embargo la Galería Elevada sí permite visitas en horario de 08.00 a 11.00 h. excepto los viernes.


Muy cerca, se localiza la Mezquita de Sidi Yussef de influencia otomana y dominada por un minarete octogonal, decorado con azulejos de color verde resaltan sobre una galería con columnas de colores. Fue construida por el Yussef Bey en el año de 1614 y en su interior se encuentra el mausoleo del fundador comunicado con el minarete por la galería anteriormente mencionada. Junto a esta mezquita se encuentra la Medersa Hanafita construida en 1622.



Flanqueando el Hospital Azziza Othmana, se encuentra el Palacio de Dar el Bey, un antiguo palacio del siglo XVIII que acoge la residencia del Primer Ministro tunecino y el Ministerio de Asuntos Exteriores y fue construido por el Bey Hammuda. Por la calle, en parte abovedada, del Castillo se llega al Bulevar Bab Menara y cruzando éste se encuentra la Mezquita de Kasba, edificada en el siglo XIII por Abu Zakariya con un minarete de influencia marroquí y relieves geométricos. Mezquita de la Corte Tunecina con el paso del tiempo ha sabido mantener algunas de sus tradiciones como la, realmente curiosa, de anunciar la oración cinco veces al día ondeando una bandera blanca.



Siguiendo con las Mezquitas y después de una visita al Museo de Sidi Bou Krissan, en el que se pueden contemplar estelas y lápidas funerarias de finales del siglo IX ubicadas en un jardín entre las que destaca la tumba de los soberanos khorassaníes, se accede a la Mezquita Ksar del año 1106. Sus líneas sencillas destacan en la fachada con arcadas que fueron trazadas por el maestro Ahmed Ben Khorassen aunque su destacado minarete, con motivos geométricos en mármol y esmaltes, de inspiración hispano morisca fue levantando en el año 1650. En el patio y en la Sala de Oración se pueden contemplar capiteles y fustes en columnas bizantinas y romanas.
Muy próxima se halla Dar Hussein, antigua casa de mediados del siglo XII restaurada posteriormente en el XIX donde se encuentra el Instituto Nacional de Arqueología y Artes. Aunque no es posible visitarlo, a veces, el conserje permite que se pueda contemplar el primer patio del edificio.



Avanzando hacia el sur aparece el mausoleo más grande de Túnez, el Tourbet El Bey, del siglo XVIII, fue construido para acoger a los Príncipes Huseinitas y sus familias por Ali Bey. Su fachada está decorada con pilastras aunque el elemento arquitectónico más destacado son las cúpulas de inspiración italiana. Al norte, el Palacio Dar Ben Abdallah uno de los más ostentosos de la ciudad de estilo italiano, del siglo XVIII, que alberga al Museo de Artes y Tradiciones Populares, donde se pueden apreciar diversas manifestaciones de la cultura tradicional del siglo pasado. Destacan los personajes de la vida familiar del siglo XIX a tamaño natural, nacimientos, trajes tradicionales de circuncisión y de boda, entre otros. Horario: De 09.30 a 16.30 h. Cerrado los domingos.



Subiendo por la Calle de los Tintoreros aparece el Dar Othman, palacio de finales del siglo XVI y principios del XVII, con una espléndida fachada flanqueada por dos columnas de mármol superpuestas. También destaca la decoración geométrica en tonos blancos y negros resultando extremadamente atractiva. En tiempos pasados fue casa privada y almacén militar por lo que se denomina popularmente como Dar el Aoula.



Como último sitio de interés de la zona sur y centro de la Medina, nos detendremos en la Mezquita de los Tintoreros, construida en 1726, que destaca por la decoración del interior de su minarete octogonal. En su interior se sigue el rito hanefita. Como curiosidad comentar que los azulejos de la Sala de Oración fueron traídos especialmente desde Turquía y en los siglos XVIII y XIX fueron añadidas al conjunto arquitectónico una Medersa y un Kutlab.



Volviendo a la Gran Mezquita y a unos metros de ella, se encuentra la Mezquita y el Mausoleo de Hammuda Pachá, de 1655. Su esbelto minarete octogonal y su decoración con influencia italiana, acoge en el patio central los restos de este santo muy venerado. Resultan llamativos las tejas verdes barnizadas de su techado y su puerta de mármol policromado. En la zona norte de la Medina se encuentra la Mezquita Sidi Mahrez, del año 1692, que se diferencia de las demás por su fuerte influencia turca. Construida, en parte, por Bey Mohammad, la Sala de Oración cuenta con una cúpula hemisférica al estilo de las mezquitas de Estambul cuyos muros están adornados por estuco y cerámica. El mismo nombre de la Mezquita lo ostenta también la Zaouia, tumba de un santo patrón de la ciudad del siglo X bellamente decorada con estucos azules.



En esta zona se encuentran importantes medersas, las tradicionales escuelas coránicas como la Medersa Achuria, con un excelente pórtico, la Medersa Bachiya, construida en 1756 por Alí Pachá que comunica con la Medersa Shmaniya con columnas moriscas conformando un porche de gran belleza construida en honor de Suleimán y comunicada también con la Medersa Nalha, conocida popularmente como la "de la palmera".



Los Zocos
En el recorrido por las mezquitas hemos obviado, a propósito, los zocos, los populares mercados tunecinos, para dedicarle un apartado especial. Caminando por las calles de La Medina, se irán descubriendo multitud de zocos. Se diferencian porque cada uno de ellos pertenece a un ramo de artesanos y paseando por las distintas callejuelas los olores de los materiales irán descubriéndonos a que variedad de artesanía nos estamos acercando. Lo mejor es dejarse llevar, se indican algunos de ellos, quizá los más visitados y populares, pero todos merecen la pena:



El Zoco de los Perfumes, conocido como el Attarine, construido en el siglo XIII por Abu Zakariya. Destacan los puestos decorados con tonos verdes y dorados en los que se pueden admirar, y en este caso respirar, los sacos repletos de especias que desprenden suaves fragancias como las de la henna tanto en polvo como en rama, los perfumes, velas con olor, champúes como el tfal, típicamente árabe, inciensos de distintos aromas, khol en frasquitos que son una auténtica obra de arte y esencias de jazmín o de azahar, entre otras muchas, que se extienden por todo el mercado otorgándole un carácter único. Sin duda es uno de los zocos más atractivos, tanto por su colorido como por sus aromas.



El Zoco de las Chechias, del año 1675, concentra todas las chechías, "sheshía", es decir, los peculiares gorritos de color rojo de lana con una borla negra, de origen morisco y muy común entre los tunecinos. Es una de las artesanías más antiguas del país que conlleva una complicada elaboración compuesta por el teñido, cardado y prensado de la lana, uno de estos curiosos gorritos puede llevar un mes de trabajo.


El Zoco el Trouk, Mercado de los Turcos, fue construido en el siglo XVII y ofrece diversa y variada artesanía de todo el país. Merece la pena descansar tomando un té en el Café de los Hombres Santos.


Si se desean tejidos, hay que acercarse al Zoco el Koumach, que data del siglo XV, donde se puede adquirir toda clase de vestimenta de distintas etnias como los mellias, trajes de las mujeres beréberes o yebbas, masculinas.


Para piel y talabartería el Zoco es Sekkajine especializado en el trabajo manual del cuero. Espectacular por el colorido resulta el Zoco de los Tintoreros en donde se realizan a mano los teñidos de los tejidos que cuelgan en todos los puestos. En el Zoco el Lefta se encontrarán colchas de colores, mantas, tapices y alfombras. Aquí puede disfrutar de una buena taza de té en las terrazas de alguno de sus bazares que ofrecen una maravillosa panorámica de la Medina. El Zoco de Nahas o del cobre, en el que aún se utilizan las técnicas más tradicionales en el cincelado de este material consiguiendo acabados absolutamente perfectos en las distintas piezas realizadas como teteras, pipas de agua, juegos de café, etc.
La visita por los zocos se cierra con el Zoco de Blaghija, donde podrá comprar un buen par de zapatos y las no menos excelentes babuchas árabes, el Zoco el Kebabjia, donde se encuentran los artesanos dedicados a la pasamanería y la seda, el Zoco Essagha, el zoco de los orfebres que trabajan el oro y la plata y el Zoco Berka, antiguo mercado de esclavos, en el que actualmente se pueden adquirir maravillosas joyas y piedras preciosas en un recinto cubierto con columnas rojas y verdes, toda una experiencia.


Alrededores de La Medina
Destaca la Mezquita de Yussef Shaib et Taba del siglo XIX, réplica de la de Yussef Dey, pero diferente por su decoración de estilo italiano realizada con materiales importados de Italia y por su minarete sin concluir. También merece una visita el Mausoleo de Sidi Kassem del siglo XV con un tejado verde, alberga un excelente museo de cerámica cuyo horario es de 09.30 a 16.30 horas y cerrado los lunes. Es preciso realizar una parada en el Zoco el Assar ya que en su plaza de ambiente provinciano rodeada de cafés está dotada, sin duda, cierto encanto.


Ya más alejado se encuentra Kubba, un pabellón del siglo XVII coronado con una cúpula decorada con azulejos y estuco. Vale también la pena realizar una visita al Zoológico de Túnez, donde se pueden apreciar ejemplares propios de la región. Son también de interés la Tumba de la Princesa Aziza Otomana, privada, de estructura sencilla, que guarda los restos de Fátima una princesa muy popular por ser cariñosa y caritativa, la Zauia de Sidi Abdelkader, construida entre 1846 y 1850, con la tumba de un personaje muy estimado por los habitantes de la ciudad, el Teatro Municipal de Túnez, la estatua de Ibn Khaldoun, la Catedral Católica de Sant Vicent de Paul construida en 1882 en estilo neobizantino y la Iglesia de la Santa Cruz.


La Goulette es el puerto de la ciudad donde pueden verse algunos restos de la presencia española y turca y uno de los lugares más apreciados por los habitantes de la ciudad que en verano escapan del calor hacia este refrescante balneario. Merece también una visita el Museo. En el Parque Belvedere se podrá realizar un paseo entre olivos, ficus, mimosas, palmeras, eucaliptos y diversas plantas, disfrutando de una panorámica de la ciudad.


El Museo Nacional del Bardo
Este museo se encuentra a 6 kilómetros del centro de Túnez. Alojado en un palacio del siglo XIX con hermosos jardines ofrece numerosas salas que exhiben impresionantes obras. Es, sin duda, uno de los museos que mayor colección de mosaicos recoge. Recorrer sus salas es realizar un viaje por la historia de Túnez. Destacan la sala dedicada a la época púnica, donde se exhiben joyas, féretros, instrumentos de guerra, etc. y la sala dedicada al período paleocristiano. En cuanto a los período romano y bizantino las salas acogen esculturas, pavimentos, estatuas, bronces y excelentes mosaicos de la época realizados en suelo africano y que superan en belleza y colorido a los propios romanos como el "Triunfo de Neptuno" o "el Mosaico del Señor Julius" o "El mar abundante de peces", entre otros. En cuanto al período árabe musulmán, el universo de piezas puede ser incalculable: terracotas, vidrios, azulejos de decoración geométrica y vegetal, bronces, cerámicas, utensilios, etc. También es importante el período griego con bronces y estatuas recogidas en un naufragio y que datan del siglo I a.C. No se puede abandonar Túnez sin haber realizado una visita al Museo más importante del Magreb y el mejor del mundo por su colección de mosaicos romanos, el horario es de 09.30 a 16.30 horas y los lunes cerrado.
Otros Museos de Interés
* Museo de Arte Moderno. Situado en la zona este del Parque Belvedere, con exposiciones temporales de arte contemporáneo muy interesantes. Horario: De 09:30 a 16:30 h. ó de 09:00 a 12:00 h. entre el 1 de julio y el 15 de septiembre. Durante el Ramadán de 09.30 a 15.00 h. Cerrado los lunes.
* Museo de la Moneda, en donde se puede seguir la evolución de la moneda tunecina desde la época cartaginesa hasta nuestros días. Horario: de 10.00 a 12.00 h y de 15.00 a 18.00 h, excepto festivos.
* Museo Postal, con una curiosa colección que hará las delicias de los amantes de la filatelia con sellos tanto nacionales como extranjeros aunque todos con un único tema, Túnez. También cuenta con una sala en la que se pueden contemplar aparatos telegráficos y telefónicos. Horario: de 08.30 a 13.00 h y de 15.00 a 17.45 h.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo decir que te agradezco profundamente tu blog, me sirvio muchisimo para rendir una materia que se llama CIRCUITOS INTERNACIONALES de la carrera guia de turismo, y que debo rendir el 9 de agosto proximo.
Mis mas sincero agradecimiento.
Saludos desde Trelew, Chubut, Argentina.
Magali Bengochea

Anónimo dijo...

Te estoy agradecida por este "tour" por Túnez que me ayuda a llevar una idea sobre lo que me encontraré o sobre lo que debo buscar cuando llegue, previsiblemente para mediados de marzo.
Un saludo.

Google